El parecido entre las circonitas y los diamantes siempre ha estado claro a la vista de cualquier amante de las joyas, aunque en sus propiedades y calidades difieran. La mayor distinción que se podía encontrar antes era que los diamantes provenían de la tierra mientras que las circonitas se creaban en laboratorio, pero con la aparición de los diamantes creados resurge la duda: ¿cuál es la verdadera diferencia entre estas dos piedras creadas?
Su proceso de creación
La circonita, zirconita o zirconia es una piedra creada en laboratorio. La variante de ésta que se puede encontrar en la naturaleza son los cristales de circonita, y la mayoría de veces con muchos desperfectos. Su uso comenzó como imitación del diamante para la joyería.
Los diamantes creados en laboratorio, por otro lado, son diamantes reales que se consiguen mediante la recreación de las condiciones climatológicas y del interior de la Tierra necesarias para su desarrollo. Su uso comenzó de manera industrial pero poco a poco se ha creado un puesto en el lujo ético y sostenible.
La principal diferencia entre estos dos minerales consiste en que el proceso de creación de una zirconita es significativamente menos complejo que el de un diamante, pues la primera piedra se consigue procesando químicamente el óxido de zirconio (ZrSiO4) y la segunda recreando unas condiciones climatológicas muy específicas en un reactor de plasma. Es por esto que en el caso de la circonita se puede hablar de un mineral sintético, mientras que con los diamantes no, ya que son siempre creados en sus condiciones naturales.
Junto a la complejidad de su creación viene el coste: producir diamantes tiene un coste mucho más elevado que producir circonitas. Esto facilita la producción en masa de las últimas, generando una piedra mucho menos exclusiva y con una calidad inferior al diamante, que se crea en pequeñas y cuidadas cantidades.
Dureza, conductividad y peso
Otra de las diferencias clave entre los diamantes y las zirconias está en su dureza. Los diamantes son el material más duro que se haya encontrado en el planeta, pudiendo ser rayados únicamente por otros diamantes, mientras que la circonita a pesar de ser dura, puede ser rayada por otros minerales.
La escala de Mohs es la escala de dureza más utilizada en geología: consiste en una lista de diez minerales, ordenados de menor dureza (talco) a mayor (diamante). En ella, el diamante ocupa el número 10 y la circonita estaría rondando el 8.
Respecto a su conductividad térmica, el diamante es de los mejores conductores que existen, tanto que se está desarrollando con ellos una batería de energía ilimitada, mientras que la zirconita es mucho más aislante y no transfiere bien la energía. Por otro lado, la zirconia es mucho más densa que un diamante, llegando a notarse incluso en la mano.
Propiedades estéticas de los diamantes creados y las circonitas: brillo y talla
A simple vista, la zirconita brilla más que el diamante: una de las pruebas más comunes para distinguirlos consiste en sumergirlos en un vaso de agua, ya que al hacerlo, la zirconia prácticamente desaparece (volviéndose transparente) mientras que el diamante se distingue bien, pues es más opaco.
Sin embargo, las circonitas tienden a perder su brillo y a estropearse muy frecuentemente, mientras que los diamantes debido a su dureza, no son rayados por otros objetos y conservan siempre su brillo.
También se aprecia en su talla: los bordes de las caras de una zirconia suelen ser mucho más puntiagudos, en tanto que los de un diamante son más suaves y redondeados, dándole un toque más dulce y formal.
La belleza exterior de ambas es innegable, pero nada iguala el alma, la elegancia y la inmortalidad de un diamante ético.
La belleza de los diamantes creados de David Locco
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